Me encanta el sexo y lo necesito todos los días al menos una vez. Me encanta follar con tipos diferentes. Me encanta encontrar la sensualidad y lo sexy y conocer a mucha gente. Me encantan los tríos, los cuartetos y los gangbangs. Mi lema es que soy "coqueta, sucia y guarra". Estoy contenta y orgullosa de mi sexualidad. Soy totalmente zorra. Soy un amante de las pollas puta. ¿Cómo os sentís, chicas y chicos, cuando oís esas palabras? Estoy aquí para reivindicar esas palabras como palabras positivas y apasionadas que hay que abrazar.
La Historia
Las palabras "puta" y "zorra" tienen una larga historia, cuyos orígenes se remontan al inglés antiguo e incluso a raíces protogermánicas y protoindoeuropeas.
- Inglés antiguo: "hore", significaba mujer que mantenía relaciones sexuales fuera del matrimonio. No era duramente negativo como hoy en día, sino simplemente descriptivo.
- Protogermánico: horaz (masculino) o horon- (femenino), que significaba "alguien que tiene deseos físicos" - O sea, alguien a quien le gusta mucho el sexo y la intimidad.
- Protoindoeuropeo: Incluso antes, la raíz protoindoeuropea *kā-, que significaba "gustar, desear y preocuparse mucho por". Esta raíz evolucionó de diversas formas en las distintas lenguas indoeuropeas, pero en la rama germánica llegó a asociarse específicamente con el deseo sexual.
- Inglés medio: "Zorra", inicialmente se refería a una persona desordenada, que no encajaba en las "normas" aceptadas. Se refería a ropa holgada y mal ajustada. Todavía tenemos el término "mujer suelta" para referirnos ahora a una de "moral suelta". No se aplicaba exclusivamente a las mujeres; también se podía llamar "mujerzuelas" a los hombres por no llevar traje o la ropa adecuada para la ocasión.
Pero las cosas cambiaron. A lo largo de los siglos, los términos "puta" y "zorra" evolucionaron en la lengua inglesa, adquiriendo gradualmente connotaciones más despectivas y utilizándose como insulto, y principalmente hacia las mujeres. Las sociedades patriarcales, conservadoras y religiosas (y lo que es más importante, masculinas) controlaban las "normas" sociales y las actitudes hacia la sexualidad, sobre todo la femenina. En la época del inglés medio ya había empezado a ser muy negativa, y empeoró con el tiempo, llegando a menudo a la violencia física.
Los que dirigían las sociedades o las religiones querían ver crecer el número de personas para apoyar su causa y su ideología, y las mujeres eran vistas como la forma de conseguirlo, como fábricas de bebés o seres más débiles a los que había que "proteger" y controlar. La falta de conocimientos médicos, de higiene y, por tanto, la baja esperanza de vida, hizo que mucha gente muriera joven, por lo que era necesario que nacieran más niños. La falta de buenos métodos anticonceptivos contribuyó a ello, y la posición servil que ocupaban entonces las mujeres en la sociedad les daba pocas opciones.
Mientras tanto, los hombres eran vistos como los "conquistadores", los "guerreros", los dominantes. Palabras como "semental" se utilizan para referirse a un hombre notablemente viril y sexualmente activo, y se han mantenido fuertes y positivas. Si una mujer afirma que le encanta el sexo, le encanta experimentar o explorar, o le encanta encontrarse con otros hombres (o mujeres), se considera negativo. Por lo general, se ha quitado a las mujeres el control y la capacidad de elección en relación con la sexualidad o la expresión del deseo.
¿Por qué las mujeres retiran las palabras?
Pero ahora, en todo el mundo, las mujeres reclaman palabras como "puta" y "zorra" como parte de un movimiento más amplio para desafiar y desmantelar el estigma social que rodea a la sexualidad femenina. Todos debemos desafiar las estructuras opresivas y empoderar a las personas, no para reforzar inadvertidamente el daño o el estigma, sino para dar a cada persona voz, libertad de expresión y autenticidad.
Para mí, "puta" significa que me visto de forma femenina y atractiva. Tengo relaciones sexuales con mucha gente. No me importa llamar la atención. Significa que me atraen sexualmente muchos hombres. "Puta" significa que me encanta el sexo, mucho sexo.
Recuperar palabras como "zorra" y "puta" implica un complejo proceso de subvertir las connotaciones tradicionalmente negativas y adoptarlas como símbolos de empoderamiento, autonomía y derecho a los propios deseos sexuales.
1. Poder y autonomía
Una mujer debe tener autonomía y control sobre su cuerpo y sus elecciones. Reclamo "puta" como término de empoderamiento porque mis elecciones sexuales son sólo mías. Nadie más debería poder decirme a quién puedo amar o con quién puedo tener relaciones sexuales, o cuánto me puede gustar algo. Se trata de autonomía y empoderamiento más que del acto sexual en sí.
2. Cuestionar los dobles raseros
Acepto que me llamen "zorra" y "puta" porque a los hombres se les elogia como "sementales" por los mismos comportamientos por los que se avergüenza a las mujeres. Destaquemos y cuestionemos el doble rasero de la sociedad en torno a la sexualidad.
3. Solidaridad y apoyo
Una forma poderosa de que las mujeres (y los hombres) se unan contra la vergüenza de las putas y la violencia sexual es utilizar estas palabras para mostrar apoyo y solidaridad con otras personas que quieren un cambio. Todas somos "zorras" si exigir respeto por nuestras elecciones nos convierte en tales.
4. Recuperación personal
Estoy orgullosa de ser una "puta" y una "zorra" que busca el placer en mis propios términos y abrazo mis deseos. A nivel muy personal, eso me da poder y me reafirma como una forma de sentirme dueña de mi sexualidad y de tener confianza en ella.
¿Cómo reclaman las mujeres las palabras
1. SlutWalks y manifestaciones públicas
Una de las manifestaciones más visibles de esta reivindicación es el movimiento mundial SlutWalk. Surgido en 2011 en respuesta al comentario de un agente de policía de Toronto de que las mujeres debían evitar vestirse como "putas" para no ser victimizadas, los SlutWalks se han extendido por todo el mundo. Estos actos son manifestaciones públicas en las que las participantes, a menudo vestidas con atuendos que la sociedad podría considerar "provocativos", protestan contra la culpabilización de las víctimas, la violencia sexual y la idea de que el aspecto de una mujer justifica el acoso o la agresión. El movimiento utiliza la palabra "puta" para cuestionar la idea de que el comportamiento sexual de las mujeres está vinculado a su valor o moralidad.
2. Medios sociales y comunidades online
Las plataformas en línea se han convertido en poderosas herramientas para reivindicar y reformular estas palabras. A través de blogs, campañas en las redes sociales y hashtags, las mujeres comparten sus historias y experiencias, a menudo utilizando "puta" y "zorra" en contextos de empoderamiento. Al hablar abiertamente de temas como el sexo consentido, la autonomía corporal y el placer sexual, están trabajando para desestigmatizar la sexualidad de las mujeres y recuperar estas palabras de sus usos despectivos.
3. Esfuerzos académicos y literarios
Las académicas y escritoras feministas también participan en el proceso de reivindicación, analizando los contextos históricos y culturales de estas palabras y abogando por una redefinición de la sexualidad femenina que sea positiva y autodeterminada. Mediante investigaciones académicas, ensayos y libros, exploran la dinámica de poder del lenguaje y ofrecen nuevas narrativas que celebran la agencia sexual femenina en lugar de avergonzarla.
4. Identidad personal y autodescripción
A un nivel más individual, algunas mujeres eligen identificarse con estos términos como medio de autoempoderamiento, rechazando la vergüenza asociada históricamente a la sexualidad femenina. Al hacerlo, afirman el control sobre sus cuerpos y elecciones, desafiando los juicios y expectativas sociales. Yo, por mi parte, repito que soy una zorra y disfruto con ello.
5. Arte y entretenimiento
Artistas, músicos e intérpretes están utilizando sus plataformas para subvertir las narrativas tradicionales en torno a la sexualidad femenina. Al incorporar términos como "puta" y "zorra" en su trabajo de forma empoderadora, contribuyen a cambiar la conversación y la percepción en torno a estas palabras.
6. Añadir palabras nuevas
Últimamente se utilizan nuevas palabras para referirse a la sexualidad de una mujer, como llamar a una mujer "Zorra" ( sexy y coqueta) o "Puma" (una mujer mayor que mantiene relaciones sexuales con hombres más jóvenes). A mí también me encantan y acepto estos términos. Me encanta encontrarme con chicos más jóvenes que tengan resistencia y virilidad. Me encanta la diversión y la libertad de ser sexy y coqueta. Aunque algunos se empeñarán en utilizarlos también negativamente sobre las mujeres, debemos hacer lo que podamos para
Desafíos y críticas
La reivindicación de estas palabras no está exenta de desafíos y críticas. Mientras que algunos lo ven como un poderoso acto de desafío contra una sociedad patriarcal que pretende controlar la sexualidad femenina, otros advierten que las connotaciones negativas de estas palabras no pueden borrarse fácilmente y que su uso podría reforzar los estereotipos y la discriminación existentes. Algunos argumentan que las connotaciones negativas están demasiado arraigadas como para que las palabras puedan divorciarse completamente de sus raíces despectivas. Pero eso no es motivo para echarse atrás o dejar de reivindicar la igualdad y la autonomía. Fíjate, por ejemplo, en la palabra "gay", que ha cambiado completamente de significado con el paso del tiempo. Se puede hacer. "Zorra" o "Puta" cambiaron de lo que eran a lo que son hoy, por lo que pueden volver a cambiar.
Este movimiento es un proceso continuo, que refleja cambios más amplios hacia la igualdad de género y la capacitación de las mujeres y las sexualidades marginadas. Llevará generaciones. Al reivindicar los términos despectivos, los participantes no sólo pretenden cambiar el lenguaje, sino también cuestionar las actitudes y estructuras subyacentes que confieren a estas palabras su poder de dañar.
Me encanta ser yo. Me encanta quién soy, lo que me gusta, cómo me siento y cómo hago sentir positivamente a los demás. No tienes que estar de acuerdo conmigo ni que gustarte lo que hago, así que sigue con tu propia vida y hazte a ti mismo.